Desde TU DIETISTA | Sara Suárez, hoy queremos hablaros sobre Cómo Prevenir la Listeriosis y ofreceros una serie de recomendaciones para ello. Pero antes de nada, os contaremos qué es la listeriosis.
¿Qué es la Listeriosis?
Es una peligrosa infección bacteriana y con una alta tasa de mortalidad. La Listeria Monocytogenes, provoca una enfermedad denominada Listeriosis que aunque es poco frecuente, es muy severa y con un período de incubación bastante largo, aproximadamente 5 semanas, lo que implica que los casos pueden llegar a ser diagnosticados de forma muy tardía; mucho tiempo después del contagio.
Transmisión de la listeriosis
La transmisión de esta infección alimentaria puede presentarse en brotes o en casos esporádicos. En población general cursa con fiebre alta, dolores de cabeza, rigidez en el cuello y sensibilidad a la luz; además de trastornos gastrointestinales como diarreas, náuseas y vómitos.
Las principales poblaciones de riesgo son las personas con un sistema inmunológico inmaduro o comprometido afectando principalmente a neonatos, personas de edad avanzada, inmunodeprimidas y embarazadas, pudiendo derivar en meningitis muy grave y, en los casos más graves, llegar a producir la muerte.
La infección con esta bacteria puede producirse por:
- Contacto con animales infectados.
- Por infección hospitalaria.
- Vía transplacentaria, pasando del feto a la madre.
- Alimentos contaminados, el más común y de mayor incidencia.
En su gran mayoría por el consumo de alimentos contaminados en cualquier fase de la cadena alimentaria, durante la producción, el procesamiento, la distribución y la preparación para consumo.
Esta bacteria es muy resistente a condiciones extremas de pH e incluso de bajas temperaturas de refrigeración y se destruye a altas temperaturas de cocinado. Por tanto, es esencial por tanto una serie de pautas de manipulación, almacenaje, limpieza y desinfección para evitar posibles contagios, ya que, una vez instaurada, puede proliferar y traspasarse de unos alimentos a otros.
¿Cómo prevenir la Listeriosis?
Una de los principales focos de infección puede ser a través de nuestra nevera. La Listeria llega a nuestros frigoríficos a través de diferentes alimentos como:
- Queso fresco o tiernos.
- Embutidos.
- Pescados ahumados.
- Carne.
- Leche.
- Otros productos vegetales.
Por tanto, tendremos que poner especial atención, siguiendo las siguientes recomendaciones:
- Mantener la nevera a una temperatura de 4 ºC y el congelador a -4ºC.
- Organizar la nevera según el método FIFO (firts in – first out), es decir, colocar los productos que caducan antes más a mano y consumirlos antes.
- Revisar la fecha de caducidad de los productos antes de consumirlos y consumir los alimentos perecederos que estén listos para su consumo lo antes posible.
- Mantener la nevera limpia y limpiarla de forma periódica con agua caliente y lejía todas las superficies: paredes, cajones, puertas y estantes incidiendo principalmente en las esquinas, ya que en éstas es muy fácil que se queden restos.
- Introducir o aislar los alimentos crudos no envasados en envases o bolsas alimentarias para evitar contacto con el resto de alimentos.
Además, es recomendable seguir unas pautas de colocación y orden en nuestra nevera:
- Siempre separar los alimentos crudos de los cocinados.
- Lapuerta del frigorífico à es la parte donde hay más oscilaciones de temperatura, así que los elementos perecederos como leche y huevos no deben colocarse ahí. Reservar este espacio para productos de larga duración como mermeladas, salsas, zumos, latas de bebidas o mantequilla.
- La parte más baja à colocaremos alimentos crudos muy perecederos ya que esta es la zona más fría. Colocar aquí principalmente las carnes y los pescados crudos. Además, si sueltan algún tipo de líquido o exudado, al estar en la parte más baja, evitaremos la contaminación de otros alimentos.
- La parte más alta à Las verduras y las frutas son de los alimentos que más duran en la nevera, por lo que supone menos problemas colocarlos en estantes superiores a una temperatura algo más elevada. Además también se deben colocar aquí la leche y los huevos, yogures y otras bebidas fermentadas.
- La parte intermedia à colocaremos aquí el resto de los alimentos: quesos, platos ya cocinados…
- No colocar los alimentos demasiado juntos y dejar cierta separación entre productos hará que haya más ventilación y fluya mejor el aire frío.
Además de lo anteriormente citado, las principales prevenciones que podemos llevar a cabo en nuestros hogares son:
- Lavarse las manos con agua caliente y jabón tras la manipulación de cualquier alimento fresco.
- Lavado de frutas y vegetales previo a su consumo, a poder ser con un cepillo específico para vegetales y bajo el agua corriente, así como los utensilios empleados para la manipulación y preparación tras su uso. En los grupos de riesgo es recomendable también una desinfección previa sumergiendo los vegetales en una solución de hipoclorito o lejía de uso alimentario y agua.
- Cocinar adecuadamente los alimentos alcanzando una temperatura por encima de 70ºC durante al menos 2 minutos en el interior de éstos, especialmente carnes, mariscos y pescados.
En poblaciones de riesgo (embarazadas o personas con sistema inmunológico debilitado) es importante tomar precauciones con el consumo de:
- Pescados y mariscos ahumados. Se pueden comer enlatados o cocinados, siempre que hayan sido sometidos a un tratamiento térmico previo, nunca en crudo.
- Lácteos no pasteurizados ni postres lácteos elaborados con leche no pasteurizada.
- Quesos blandos como Feta, Brie, Camembert y los quesos enmohecidos como Azul o Roquefort, fijándonos que en el envase especifique que se han elaborado con leche pasteurizada.
- Alimentos en crudo como verduras y brotes crudos o ligeramente cocinados: lechuga, rábanos, tomates, cebollas, pepinos, coles, y setas cultivadas. Cocinar bien antes de consumirlos.
- Derivados cárnicos como salchichas, patés, fiambres y embutidos refrigerados. En el caso de salchichas se pueden consumir si los calentamos a más de 70ºC, visualizando generación de vapor tras su calentamiento. Se pueden consumir los enlatados no perecederos que puedan ser almacenados a temperatura ambiente, siempre refrigerándolas tras su apertura.
- Alimentos sobrantes como frutas y verduras. No consumirlas si están ya cortadas o troceadas previamente, ya que no se someten a ningún tratamiento térmico posteriormente.
Además tener especial cuidado con alimentos envasados al vacío que se encuentren a temperatura ambiente, frutas cortadas mantenidas fuera de la nevera y alimentos listos para consumir de larga duración cuya contaminación cruzada suele producirse después del tratamiento térmico por el contacto con materias primas o superficies contaminadas.
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